Publicado el 10 marzo, 2022 a las 11:21 por Fesei

LA POLÍTICA DE NEUTRALIDAD DE SUECIA              

          

  1. INTRODUCCIÓN

En relación a la evolución de la política de neutralidad de Suecia, se remite la siguiente valoración.

 

  1. ANÁLISIS

Tras más de 200 años sin participar en ningún conflicto bélico, Suecia ha mantenido en su neutralidad una de sus señas de identidad más características. Situado al norte de Europa y con una larga costa en el Mar Báltico, Suecia ha mirado principalmente a Rusia como su principal amenaza de seguridad. Las guerras con su vecino oriental, con el que actualmente no comparte frontera, supusieron en el pasado la pérdida del control sueco sobre Finlandia, Estonia y Letonia.

Por todas estas razones, las relaciones con las potencias occidentales siempre han sido muy estrechas, colaborando también en materia de seguridad. Suecia ha mantenido un importante gasto en defensa en lo que se ha llamado: “neutralidad armada” manteniendo el servicio militar obligatorio. Tras la desaparición de la URSS, no obstante, el gasto de defensa se desplomó degradándose la capacidad de su Fuerzas Armadas.  En los últimos años se ha experimentado un aumento del presupuesto destinado a defensa, prestándose especial importancia a la defensa antiaérea y costera. En este sentido, la cada vez mayor presencia militar en la estratégica isla báltica de Gotland, cercana al enclave ruso de Kaliningrado, parece marcar una estrategia de defensa más decidida.

Cabe resaltar que Suecia ha intentado liderar en su región las iniciativas de defensa, no obstante Noruega y Dinamarca finalmente se unieron a la OTAN, dejando a Suecia y Finlandia como los únicos Estados neutrales. Precisamente  es con Finlandia, con quien Estocolmo posee una estrecha relación en materia de seguridad. La posibilidad de que ambos países se unan a la OTAN ha ido cobrando cada vez más fuerza, lo que supondría una rotura total de la estrategia de neutralidad en seguridad y defensa mantenida hasta hoy por ambos países. A pesar de ello, y dadas las especiales relaciones ruso-finesas, su particular historia y el rechazo de la mayor parte de la población es poco probable que Helsinki se una a la OTAN.

Ante esta disyuntiva, Estocolmo tendrá dos opciones: mantener su actual neutralidad o integrarse en la OTAN. Mientras tanto, la opinión pública en Suecia, aunque valore de manera creciente la opción de adhesión a la OTAN, todavía apoya mayoritariamente la tradicional neutralidad del país.

 

  1. CONCLUSIÓN

El sistema objeto de estudio es inestable y está determinado por las relaciones de rivalidad entre Rusia y Suecia. También la posible adhesión de Finlandia a la OTAN es una variable determinante de este sistema ya que, de producirse, tendría una importante influencia sobre Suecia, ya que la empujaría a adherirse a esta organización.

Existen variables de riesgo a considerar, y éstas están relacionadas con el cambio de la actual política de neutralidad de Estocolmo y su posible adhesión a la Alianza Atlántica. En este sentido, la variable que supone la influencia de la opinión pública sueca sobre el sistema político jugaría un papel decisivo en el cambio de orientación estratégica de seguridad del país.