1. INTRODUCCIÓN:
La toma del poder por los talibanes en el mes agosto del año 2021 y el restablecimiento de su régimen en Afganistán representó un cambio, tanto para la región, como en la dinámica de seguridad transnacional.
En relación a la situación actual de Afganistán, se remite la siguiente valoración.
2. DESARROLLO:
Situado en el sur de Asia y con una población de 40 millones de personas, la economía de la República Islámica de Afganistán se basa en el comercio mediante la exportación de frutos secos, lana, algodón o piedras preciosas y la importación de maquinaria y bienes de equipo. Con un entorno físico rodeado por el macizo de “Hindu Kush”, que cuenta con más de cien cumbres montañosas cuya altura supera los seis mil metros de altitud sobre el nivel del mar , Afganistán tiene un clima catalogado como continental extremo y árido con precipitaciones escasas limitadas al invierno y la primavera. Tiene una gran dependencia de la ayuda externa, así como del comercio con los países vecinos. Su historia se ha caracterizado por guerras y derrotas infringidas a sus invasores: británicos, rusos, norteamericanos y sus aliados.
En el año 2021, la Operación: “Refugio de Aliados” (Operation Allies Refugee), anunciada por el Presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, en julio de ese mismo año, logró trasladar a dos mil ciudadanos afganos que reunían los requisitos para los “Visados Especiales” de Inmigración. Todo ello, concluyó con una desorganizada retirada y salida aérea precipitada de las Fuerzas Norteamericanas desplegadas en Afganistán y de sus aliados.
En la actualidad los talibanes tienen el control de todo el país y son numerosos los retos a los que se enfrenta Afganistán.
El régimen talibán, debe afrontar diferentes y profundos desafíos que pueden generar una inestabilidad creciente, incluso que pueda afectar directamente al propio país con nuevos enfrentamientos civiles. Variables como: El incremento de la represión, la negación de los derechos básicos de las mujeres afganas, minorías sometidas, persecución política, así como, el endurecimiento de las directrices ideológicas de los talibanes más radicales de Kandahar agrava la situación. A todos estos hechos, se incrementa la preocupación ya que el país está sufriendo su tercer año consecutivo de sequía, además de una fuerte recesión económica. La República Islámica de Afganistán tiene una gran dependencia económica y comercial que proviene del exterior por lo que, si no se buscan alternativas para una correcta presencia internacional en inversiones directas, la situación podría agravarse en el conjunto del país , esto supondría poner en riesgo aún más tanto las exportaciones como las importaciones… para más información: secretaria@fesei.org