Publicado el 18 octubre, 2017 a las 15:16 por Fesei

TERRORISMO MEDIOAMBIENTAL Y SUS CONSECUENCIAS    

   

  1. INTRODUCCIÓN

En relación a los desastres que afectan al medioambiente por la acción consciente y deliberada del hombre, y las consecuencias que ello ocasiona, se remite la siguiente valoración.

 

  1. ANÁLISIS

Los crímenes contra el medioambiente mueven cada año 156.400 millones de euros, según un informe conjunto de la ONU y la Interpol, y están ayudando a financiar las actividades de milicias y grupos terroristas. Esto es especialmente cierto en el continente africano, donde las milicias y grupos terroristas que operan en el continente africano, están obteniendo entre 81 y 212 millones de euros por su participación en el negocio ilegal del carbón. Por otra parte, grupos ilegales dedicados al tráfico de marfil en África central podrían estar ganando entre 3 y 9 millones de euros al año.

Según las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la ONU y la Interpol, los crímenes contra el medioambiente, que incluyen la explotación forestal, la caza furtiva y el tráfico de animales, la pesca, minería ilegal y el vertido de residuos tóxicos, generan enormes beneficios cada año. Por ejemplo, la explotación forestal ilegal genera beneficios anuales equivalentes al 30 % del comercio de madera mundial. El negocio ilegal del carbón, por su parte, mueve en África central, oriental y occidental, una cantidad superior al tráfico de drogas en la región.

Esta situación genera también enormes daños a los recursos naturales de la zona, y en este sentido, en la península ibérica, los catastróficos incendios forestales, aparte de destruir los citados recursos, provocan cuantiosos daños materiales, además de lamentablemente, pérdidas de vidas humanas. En el caso de España, la agudización de la aridez y la reducción de los recursos hídricos, influyen directamente en el avance de la desertificación, siendo una consecuencia directa de esta forma de terrorismo medioambiental.

Estamos asistiendo pues a un cambio de paradigma, donde el terrorismo medioambiental está adquiriendo una relevancia cada vez mayor a causa de la letalidad de sus acciones. En este contexto, la adaptación de las administraciones a la nueva realidad va imponer una mayor necesidad de vigilancia y prevención, una adaptación del ámbito legal y una revisión de los protocolos de actuación  con la utilización de tecnologías de última generación. Mientras crece la concienciación, será necesario un esfuerzo internacional para reforzar las leyes y combatir esta amenaza a la seguridad global.

  1. CONCLUSIÓN

Estamos ante un sistema de estudio inestable. Las actividades ilícitas son la variable determinante, el motor del terrorismo medioambiental. Pero las variables de riesgo, centrándonos en la península ibérica son: los incendios forestales, los medios de prevención y vigilancia para combatirlos, así como, el grado de concienciación ciudadana ante este gran desafío. Las pérdidas humanas y materiales, o la progresiva desertificación del territorio nacional son variables útiles de cara a ejercer presión política, para influir en las citadas variables de riesgo.

De cara al futuro, estas variables sufrirán pocas modificaciones. Sin embargo, la cada vez mayor concienciación ciudadana y el incremento de las medidas de prevención y vigilancia, propiciarán un retroceso en el número de incendios, aumentando las posibilidades de éxito de los planes de reforestación, que serán cada vez más ambiciosos.

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